En 1845, Madoz nombra a Guadalajara y muestra a la ciudad como un lugar bien dotado de infraestructuras urbanísticas y buenas construcciones, destacando centros de beneficencia, el Museo y la Biblioteca, la Academia de Ingenieros, etc… Destaca la gran cantidad de plazas que se dan en la urbe y las limitaciones de la ciudad a causa de la orografía del terreno.
Madoz da gran importancia a la falta de torres en la ciudad que hagan como hitos y generen un perfil reconocible, es decir, que den referencia e imagen al lugar. De igual manera, hace hincapié en el escaso poder económico, ocasionado ante todo por el cierre de la Real Fábrica de Paños que instalase Felipe V en el siglo XVII.
IGLESIAS
Madoz nombra en 1831 10 iglesias en funcionamiento en Guadalajara. Este escrito llegará a oidos de Sr. Yguanzo, arzobispo de Toledo, que mandará suprimir la mitad de ellas, al considerar que hay un número excesivo para la población a la que sirven. En la Calle Mayor que es lo que ahora nos concierne, hay que lamentar las pérdidas de la iglesia de San Andrés y la Iglesia de San Gil a causa de esta política de supresión.
- Iglesia de San Andrés: Muy poco se sabe de esta iglesia. Estaba situada frente al convento de Santa Clara, esquina con la Calle Mayor. Su derribo por el Sr. Yguanzo hacia 1835 ayudó en cierta manera a la regularización de la Calle Mayor, pues ejercía de obstáculo al sobresalir el edificio de la línea de fachada. De corte mudéjar, presentaba ábsides semicirculares de ladrillo y bóvedas de ojiva.
- Iglesia de San Gil: Esta pequeña iglesia, de la que apenas quedan algunos retos del ábside, debió de ser importante en los primeros momentos del cristianismo en Guadalajara. Su ubicación en el centro de la ciudad hizo que el concejo se reuniese en su pórtico hasta la construcción del edificio del Ayuntamiento en el siglo XVI, quedando hoy como único vestigio de este hecho el nombre de la plaza que formó: Plaza del Concejo. La iglesia, de estilo mudéjar, se organizaba mediante una sola nave coronada en ábside semicircular, todo ello de mampuesto y ladrillo. Hasta mediados de siglo XX se conservó también la puerta de acceso, desapareciendo porel abandono total. Los restos que se conservan (junto con la puerta ya desaparecida) hacen pensar que las demoliciones de edificios sobrantes no eran totales, sino que se demolían sólo en parte para ahorrar en tiempos tan difíciles como lo fue el siglo XIX en Guadalajara. Del resto de la construcción podrían ser usados sus materiales en otras edificaciones o simplemente ser dejados a su suerte hasta que la ruina colapsase.
San Gil. Estado actual del ábside.
- Ermita de la Soledad: Poco se sabe de ella, aunque según algunas crónicas del siglo XIX en esos momentos tuviese cierta importancia como iglesia de culto, gracias a no haber otro lugar igual próximo (la cercana iglesia de San Ginés pertenecía aún al Convento de Santo Domingo). Constaba el edificio de una sola nave, con fachada barroca. La última referencia que se tiene de ella es hacia 1880.
Ermita de la Soledad. Planta (Ibáñez de Ibero) y fotografía (Tomás Camarillo)
- Iglesia de Santiago: Iglesia al servicio del Palacio del Infantado, fue quedando en progresivo desuso tras trasladarse los Mendoza a la Corte de Madrid. Gozaba la iglesia de ricas decoraciones y tumbas nobiliarias, con una sola nave rematada en ábside poligonal. Destacable era el arco que unía la iglesia con el palacio, y ante todo, las capillas de los Pecha, familia noble benefactora de la iglesia. Estas capillas fueron demolidas en 1837 para abrir un estrecho paseo (aún no Calle Mayor). La dejadez hizo que el edificio se perdiera, quedando en ruinas hacia mediados del siglo XIX. Su demolición sirvió para unir la Calle Mayor con la Plaza del Palacio, ya que el edificio de hallaba justo en medio del eje que formaba la calle. La iglesia de Santiago fue trasladada a la cercana del convento de Santa Clara.
Iglesia de Santiago. Dibujo (Anónimo) y planta (Ibáñez de Ibero)
- Iglesia de San Nicolás: La actual iglesia barroca que se conoce no es la original, pues ésta estuvo situada en lo que hoy es el Banco de España, y fue derruida para construir sobre ella un teatro. La actual es de arquitectura jesuítica, pues se integraba dentro de un colegio de la orden, hoy desaparecido. Presenta una sola nave con capillas laterales y cúpula semicircular. La portada representa la Santísima Trinidad, estando el conjunto presidido por el Sol. También son destacables algunos enterramientos en su interior.
-Iglesia de San Ginés: Fue la iglesia del Convento de Santo Domingo. Lo primero que salta a la vista es su gran arco de medio punto en la fachada con el remate de la orden de Santo Domingo, y la deformidad en las proporciones generales del templo (longitud-anchura-altura). El interior, que debió de ser muy rico en ornamentación y mobiliario, quedó totalmente destruido en la Guerra Civil, tras ser tiroteado y posteriormente quemado por los milicianos. Hoy día la iglesia preside majestuosa la plaza a la que da nombre, pero parece un edificio muy constreñido debido a la desproporción antes comentada y a la construcción de altos bloques de viviendas en sus inmediaciones.
San Ginés. Imagen antigua y actual
CONVENTOS
El número de conventos en la ciudad de Guadalajara ha sido relativamente elevado en proporción a su número de habitantes, aunque este número ha ido disminuyendo progresivamente. De esta manera, en el siglo XVII había 14 conventos, frente a los 9 que quedaban en el siglo XIX y los 4 que quedan en la actualidad. Varios de ellos, como el de La Piedad, han logrado llegar a nuestros días gracias a la adaptación que han sufrido a otros usos, muy distintos a los iniciales, tales como cárceles, museos, orfanatos, etc. Esto nos da una idea de la gran adaptabilidad que ofrece la tipología conventual a otras funciones.
-Convento de Santa Clara: Este convento, de grandes proporciones en su fundación, fue reduciéndose a consecuencia de sucesivas particiones y desamortizaciones, hasta quedar en nuestros días únicamente su iglesia, la actual de Santiago. Ocupaba una gran manzana pentagonal que hoy sigue en pie, y que alberga importantes instituciones, como el Hotel España o el Edificio de Correos. A pesar de quedar la iglesia original en pie, pocos datos conocemos del convento. La iglesia es de estilo gótico-mudéjar, de tres naves con ábsides y sin crucero, cubierto todo ello con un sencillo artesonado. Es reseñable la diferencia de cota del suelo respecto a la calle, habiendo de descender unos dos metros para acceder a la iglesia.
-Convento de la Piedad: Forma un extenso complejo en unión con el Palacio de Antonio Guzmán, más conocido como el Palacio de los Mendoza. La iglesia, edificada en 1530, presenta estilo plateresco en fachada, obra de Covarrubias. El interior, de una sola nave, presenta planta en cruz latina rematado por ábside poligonal. El conjunto del edificio se organiza en torno a los patios, destacando el del Palacio de los Mendoza, obra también atribuida a Covarrubias. Destacables son las cornisas de madera y los azulejos, conservados en perfectas condiciones en muy alta proporción. Junto con el Convento de Santa Clara, ubicado justo en frente, se formaba un núcleo compacto conventual, roto al desaparecer el Convento de Santa Clara a finales del siglo XIX. El palacio sirvió como modelo de construcción en la Guadalajara de los siglos XVII y XVIII.
La Piedad. Portada de la iglesia (Covarrubias) y planta (Ibáñez de Ibero).
- Convento del Carmen: Convento del tipo carmelitano, con fachada de la iglesia barroca del siglo XVII. Esta fachada genera una recoleta plaza que se abre a la Plaza del Jardinillo, y aprovecha el espacio residual dejado por el resto de la edificación. El convento ha pasado por distintos y variados usos: fue Depósito de Rentas hacia mediados del siglo XIX y almacén, restaurándose la actividad conventual hacia el año 1880, actividad que hoy en día se sigue ejerciendo.
Convento del Carmen. Vista de la fachada principal y planta (Ibáñez de Ibero)
EDIFICIOS MILITARES
- Establecimiento Central de Ingenieros (Palacio de Montesclaros): Sobre el palacio del siglo XVI (del que no hay dato alguno) se instaló la Fábrica de Paños por orden de Felipe V. Tras el cese de la fábrica a finales del siglo XVIII, permaneció en estado de abandono hasta su cesión en 1832 al Cuerpo Nacional de Ingenieros, que reparó el edificio y lo acondicionó para albergar a 16 compañías y la Academia de Ingenieros. El conjunto se articulaba mediante varios patios y un acceso al Barranco de San Antonio, donde se realizaban las prácticas de la academia. El edificio cerraba la Plaza del Palacio del Infantado, que quedó cambiada totalmente, tanto urbanísticamente como perceptualmente tras el incendio de la academia en 1924. Los únicos restos que han llegado hasta nuestros días son los muros que daban al barranco, que imitan la muralla árabe que discurría por el lugar.
Palacio de Montesclaros. Fachada y planta (Ibáñez de Ibero)
- Cuarteles de Santa Isabel y San Carlos: En realidad forman un único establecimiento del ejército. Fueron edificados sobre los restos de otros edificios, entre ellos el antiguo alcázar árabe. En 1898 se instaló en sus dependencias el Colegio de huérfanos de Guerra, que luego sería trasladado al Palacio del Infantado. Pocos son los restos que quedan en la actualidad, por lo que hoy se pueden observar los restos de los muros que integraban el alcázar.
EDIFICIOS CIVILES
Muchos son los edificios públicos, privados e institucionales que encontramos en Guadalajara, y gran parte de ellos asientan en otros de mayor antigüedad, como conventos o palacios, gracias a la adaptabilidad de la tipología claustral a otros usos.
- La Piedad: Este edificio ha sido quizá el que más usos ha acogido, y de manera sorprendente, a penas ha sufrido modificaciones sustanciales en su morfología. En 1837, y tras varios siglos ejerciendo como convento, se instaló un instituto de enseñanza en las dependencias del palacio. Poco duró la institución, pues hacia 1860 se instaló un Museo y la Biblioteca, para pocos años después pasar a ser la Cárcel de Partido. En la actualidad, el convento y palacio están ocupados por el Instituto de Enseñanza Media “Liceo Caracense”, y la iglesia se ha adaptado para albergar un aula de Bellas Artes.
-Palacio del Infantado: Las primeras noticias de edificación en el lugar fueron las llamadas “Casas Principales”, edificio de corte palaciego mandado edificar por Don Pero González de Mendoza en 1376. Sin embargo, el edificio que hoy conocemos data de 1480, cuando el segundo Duque del Infantado, Don Iñigo López de Mendoza, mandó derribar las “Casas Principales” para construir un palacio que diera esplendor a su familia. Este primitivo edificio fue construido en estilo gótico, y en él se colocaron los espléndidos artesonados mudéjares que no llegaron a ser puestos en las casas antiguas. Fue en 1569 cuando el Quinto Duque, Don Iñigo López de Mendoza, decidió reformar el palacio intentando acondicionarlo a los nuevos estilos provenientes de Italia. De esta forma, rebajó la altura del patio, desmochó los muchos pináculos que existían y varió la composición de la fachada, entre muchas otras modificaciones.
Varias remodelaciones, como la de Ricardo Velázquez Bosco en 1879 para adaptarlo a usos institucionales mediante la anexión de un nuevo pabellón, vinieron a varia aún más su morfología inicial. Pero quizá el más grave daño sufrido por el palacio fue en 1936, cuando fue bombardeado e incendiado, perdiéndose la mayor parte de sus valiosos artesonados y otros objetos de valor. El abandono en la posguerra por parte del estado casi lo lleva a su desaparición, pero finalmente fue restaurado hacia los años 60 gracias en gran parte al crecimiento poblacional de Guadalajara. En la actualidad acoge el Archivo Histórico Provincial, a parte de usos museísticos.
- Asilo de Mendicidad: Situado en el antiguo Convento de santo Domingo. En 1880, y tras una total remodelación, pasó a ser Hospital Militar. En la actualidad es la sede del Instituto de Enseñanza Media “Castilla”.
- Teatro: Estuvo ubicado en el solar que dejase la antigua iglesia de San Nicolás, en la Plaza del Jardinillo. Fue edificado en 1842, y presentaba el esquema de teatro convencional a la italiana, con patio de butacas y plateas.
Teatro. Planta (Ibáñez de Ibero)
-Casino: Situado en la Calle Mayor con esquina a la Plaza del Jardinillo. En sus orígenes se trataba de un edificio racionalista, acorde con las tendencias de los años 30. Albergaba gran cantidad de actividades lúdicas, como restaurante, sala de fiestas o zona de apuestas. Con la entrada de Franco en el Gobierno de España en 1939, el edificio se dejó abandonado, quizá debido a la oposición del régimen a su arquitectura. El edificio que hoy conocemos es obra de los años 70, bastante vulgar, y la única referencia al antiguo casino es un restaurante situado en la primera planta. El resto son viviendas y locales comerciales.
Casino. Edificio en estado actual y tras la Guerra Civil.
- Ayuntamiento: Muy antiguo era el edificio primero, situado justo en el mismo lugar en que hoy se halla el actual. Fue construido a mediados del siglo XVI, previo acondicionamiento de la Plaza Mayor. Gozaba de un modesto estilo renacentista castellano propio de la época, y mostraba orgulloso sus arcos rebajados y molduras y su torre del reloj en un lateral (de la otra torre sólo se llegó a construir el arranque). Poco más se conoce de la construcción, si no es que vino a crear un lugar importante de reunión y de administración en una ciudad que no contaba con un centro urbano bien definido. Fue a finales del siglo XIX cuando se plantea su remodelación o derribo para construir otro edificio por la incapacidad funcional del anterior. Hubo grandes dificultades sociales para llevar a cabo el proyecto a acusa del profundo apego de las gentes hacia el antiguo, por lo que decidió seguir en cierto modo la tipología de fachada del anterior, basada ente todo en mantener la galería soportalada y la construcción de una o dos torres. De esta forma se fueron sucediendo varios proyectos, siempre bajo la sombra de la baja capacidad económica de la ciudad, fielmente reflejada en la duración de la proyección y construcción del actual edificio: algo más de medio siglo.
El nuevo proyecto debía contemplar una fachada representativa para la plaza y la ciudad, así como una adaptación funcional para los nuevos requerimientos del momento. El conflicto por las asimetrías y los estilos a seguir acompañaron todo este proceso, ocasionando incluso la dimisión de algunos arquitectos municipales. Dignas de mención son algunas propuestas de estilo eclecticista, como las de Medarde (1883) o García Ron (1882). Pero la definitiva será la propuesta de Ramón Cura (1904), que parece ser una reforma del proyecto de Medarde, tras su dimisión como arquitecto municipal. Las dificultades presupuestarias harán que la construcción y reforma del proyecto pase por varias manos. De esta forma, la fachada fue nuevamente reformada por Vázquez Figueroa y rematada por Fernández Marchante. La estructuración del interior del edificio se debe a Vázquez de Figueroa (1907), en tanto que la fachada lateral será acabada en 1954 por Antonio Batllé Punyed. El largo proceso de construcción nos da la idea de la incapacidad económica de Guadalajara y de algo quizá más importante en nuestro campo de trabajo: la dificultad de la ciudad por encontrar su propia imagen.
Ayuntamiento. Antiguo edificio antes de su demolición y propuesta de fachada de García Ron (1882)
El actual edificio, de estilo plenamente ecléctico, presenta una fachada asimétrica, compuesta básicamente por la torre del reloj, un gran frontón a modo de piñón y la galería porticada que recorre toda la planta baja.
- Banco de España: Construido en 1932 bajo la dirección de Yarnoz y terminado en 1934, el edificio asienta en el solar en que se hallaba el antiguo teatro, que fue derribado en 1931 para la construcción de la sede bancaria. Duro golpe fue para la ciudad la desaparición del teatro, pues la sociedad se dio cuenta de que perdió un importante centro cultural cuando las obras del banco estaban a punto de comenzar. Pero el derribo del teatro tenía otra función, que era la de alinear la manzana y así poder regularizar la Calle Mayor.
Banco de España. Fachada de la Plaza del Jardinillo
El edificio del banco es protagonista en la Plaza del Jardinillo, con su gran fachada de tintes eclécticos, que se genera a partir de columnas estriadas de orden gigante, con capiteles de difícil clasificación, y la regularidad en las grandes ventanas. En cuanto al interior, su estructura es la típica de su época: un patio de operaciones central genera el espacio, en torno al cual se alinean las dependencias auxiliares.
En la actualidad, el edificio ejerce como Subsede del Ministerio de Hacienda.
- Hotel España: Fue ubicado en lo que antaño fue parte del convento de Santa Clara, en un solar perteneciente al Conde de Romanones. El proyecto, de Joaquín Saldaña, data de 1913, y presentaba una fachada de corte palaciego hacia la Calle Mayor, que integraba dentro de ella la portada del antiguo convento. Presentaba torres en sus esquinas de forma poligonal, con grandes balconadas y molduras. El edificio se organizaba en torno a un patio interior, en tanto que todas las habitaciones daban al exterior.
El hotel representaba quizá el más importante foco cultural de la ciudad, situándose en él un café público, una sala de espectáculos o la oficina de venta de billetes de ferrocarril, entre otros muchos servicios. Además, representaba la única instalación hotelera de la ciudad hasta bien entrado el siglo XX.
Hotel España. Vista de la Calle Mayor en esquina con la Calle Museo
Hotel España .Planta tipo y alzado de la fachada principal (Joaquín Saldaña, 1913)
-Hotel España (actual): Construido en 1919 por Pedro Cabello y Manuel Maroto, se halla emplazado en la Calle Museo, también sobre el antiguo Convento de Santa Clara. Se basa en una planta rectangular, con un sencillo esquema funcional, gracias al albergar únicamente las estancias hoteleras y no otros servicios como el antiguo hotel. En su fachada destacan elementos propios del eclecticismo, así como su gran basamento. Su construcción, tras la prematura desaparición de su predecesor, supuso que Guadalajara no perdiera su única instalación hotelera, aunque no albergaba los servicios y diversiones del anterior, perdiendo así su capacidad para ser foco cultural de la ciudad.
Autoría investigación: Jose Enrique García Mínguez, Jose María Monreal Periañez y David de Lucas Alonso
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